Preguntas sin respuestas

Realmente me ha quedado más que claro que la vida es una rutina. No diaria pero sí una rutina. Porque siempre pasa lo mismo, una y otra vez la misma situación se apodera de mí. "Elige", me dicen. Yo lo haría encantada, pero cuando creo tener las cosas en orden algo hace que se desplome todo, que el mundo caiga sobre mí y me haga soportar una carga innecesaria. La conciencia me corroe y una vez más sólo puedo preguntarme si esta vez   tropezaré, DE NUEVO, con la misma detestable piedra. Únicamente hago preguntas; de las cuales obtengo dudas, que inexplicablemente se acumulan en mí para llenarme la cabeza de avecillas revoloteando sin parar. Las que impiden que pueda tomar una decisión.